Una leyenda
China, de origen anónimo, afirma que un hilo rojo invisible conecta a todas
aquellas personas que están predestinadas a encontrarse y a estar juntas, a
pesar del tiempo, del lugar y de las circunstancias que la vida les depara a
cada vuelta del camino. El hilo existe independiente del momento de las vidas
de las personas que vayan a conocerse y no puede romperse en ningún caso,
aunque a veces pueda estar más o menos tenso, pero es, siempre según la leyenda,
una muestra del vínculo que existe entre ellas.
Esta leyenda
nos invita a reflexionar entorno al contacto y a las relaciones objetivas,
subjetivas, visibles e invisibles que mantenemos con las diferentes personas que
se cruzan en nuestras vidas. En unos casos el hilo rojo es lo suficiente fuerte
para establecer una relación duradera y fructífera y en otros casos las
relaciones son mas complicadas y esporádicas…existiendo todo tipo de
intensidades y combinaciones aleatorias.
A lo mejor
nunca habías pensado que los cinco sentidos son, en realidad, el reflejo de
otros sentidos, unos sentidos ocultos y profundos a través de los cuales puedes
moverte por otra dimensión, por ese otro mundo aparentemente invisible, pero no
por ello menos real. Así, la vista no sólo te sirve para ver las cosas que hay delante de ti para no
tropezar con ellas, la vista, en realidad, es aprender a mirar dentro, dentro
de las personas y de la razón que les mueve para actuar de una u otra manera.
El sentido
del tacto es, en realidad, la traducción física de la sensibilidad. Por medio
del tacto compartimos sensaciones, pero sobre todo podemos transmitir el calor,
la ternura y el cariño. Estos hilos invisibles nos permiten establecer unos vínculos
especiales, delicados y sensibles con todas las personas que nos relacionamos.
Estas conexiones invisibles hacen que nuestra noción de Conciencia sea más
amplia y globalizada. Tal como ahora vivimos, nuestros sentidos están limitados
y apegados excesivamente a lo material….pero si conseguimos que todos los
sentidos florezcan podremos percibir la verdadera belleza del mundo…ya que El
amor contiene simpatía, generosidad y tacto. Gracias por compartir
este pequeño hilo rojo.
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